martes, 23 de febrero de 2010

VIGESIMOSÉPTIMA OBVIEDAD: Sobre el cementerio/almacén nuclear



Al ATC –Almacén Temporal Centralizado- que se va a construir para albergar residuos nucleares, le han bautizado como “cementerio nuclear” y la denominación, con clara connotación peyorativa, ha enganchado. Sin embargo, a mí su nombre real, Almacén Temporal Centralizado, me parece un acierto por lo adecuado: En primer lugar es un “Almacén”, y como tal almacenará hasta 7.000 t de combustible de las centrales nucleares y 1.900 m3 de residuos procedentes de desmantelamiento de centrales, todo de alta actividad. En segundo lugar, será “Temporal”, los residuos no dormirán en él un sueño eterno, como parece sugerir la denominación de cementerio, sino que su vida útil está, en principio, fijada en 60 años y lo más probable es que el progreso de la técnica permita reutilizar en centrales mas avanzadas los residuos de combustible o descontaminar los mismos hasta niveles no dañinos. Y, por último, será, debe ser, “Centralizado”, para que en él se guarde la basura radiactiva de las diferentes centrales desperdigadas por la geografía española.
Los comienzos formales para llevar a cabo este tema fueron francamente prometedores: primero se consiguió con consenso general, en 2004, la aprobación parlamentaria de la proposición no de ley para la construcción del ATC, lo que permitió dar paso al Real Decreto 775/2006 de 23 de junio de creación de la Comisión Interministerial del ATC y de su centro tecnológico asociado.
Sin embargo, pese a ese nacimiento bajo tan buenos auspicios, el tema del ATC ha suscitado nuevas controversias y ha reavivado el clásico debate sobre el tema nuclear y las centrales generadoras de energía eléctrica por este procedimiento. Y yo creo que ello se debe a dos razones: la escasez y precariedad de la información que sobre estos asuntos se ha hecho llegar a la ciudadanía y el error cometido al determinar las funciones de la citada Comisión Interministerial, responsable de determinar los criterios de emplazamiento del ATC. Analicemos ambas cosas:
-Nuestro actual Gobierno se ha manifestado reiterada y firmemente antinuclear, lo que ha evidenciado cerrando la central de Zorita y anunciando para 2013 el cierre de Garoña y de las restantes centrales nucleares en fechas sucesivas. Y en buena parte de la ciudadanía hay un sentimiento fuertemente arraigado de rechazo a lo nuclear. De modo que a nuestro Gobierno, además de darle cosa, le resulta difícil encontrar y plantear argumentos digeribles que justifiquen la necesidad de montar un “cementerio de basura radiactiva”, por lo que prefiere hablar del tema lo menos posible, lo que conduce a una acusada falta de información. Así pues, la mayor parte de los ciudadanos no se enterarán de todos o la mayor parte de los siguientes hechos:
• En España hay diez reactores nucleares, ocho en servicio y dos clausurados, Vandellós I y Zorita. Vandellós I se inauguró en 1972 y fue clausurado en 1989, tras un incendio en la zona de turbinas que, aunque no significó emisión alguna de radioactividad al exterior, provocó importantes averías cuya reparación suponía un coste tan elevado que unido al hecho de tratarse de una instalación tipo GCR –grafito/uranio natural y de refrigeración por gas-, la única en España de ese sistema, llevó a su clausura como mal menor. La instalación está en proceso de desmantelamiento y desde 1994 los residuos nucleares procedentes de la misma están almacenados en Francia, a un coste de 40.000 euros/día, habiendo pagado ya más de 200 millones de euros y bajo un contrato que fija la fecha del 21.12.2010 como límite para retirada de los residuos, so pena de que la factura se eleve a 60.000 euros/día.
• La central de Zorita, la mas antigua de España, inaugurada en 1968, fue cerrada por orden gubernamental en 2006 y su desmantelamiento acaba de comenzar. Cuando sean retirados, en el proceso de desmantelamiento, los residuos nucleares de baja y media actividad, 4.000 t, irán al almacén de El Cabril y los de alta actividad, 30 t, deberán ser llevados al ATC. ¿Dónde si no? Por otra parte, los residuos de baja y media actividad de las otras ocho centrales están siendo llevados a El Cabril, pero los de alta actividad se almacenan en las piscinas de cada central. Pero ¿qué pasará cuando se rebase la capacidad de estas piscinas si, como se está haciendo en muchos otros países, se alarga la vida útil de estas centrales, o cuando se decida su clausura y se realice su consecuente desmantelamiento?
• El ATC es la solución empleada normalmente en los países desarrollados y recomendada por la UE. Se trata de un almacenamiento en seco y los residuos serán introducidos en cápsulas de acero inoxidable y estas en tubos de almacenamiento donde permanecerán durante toda la vida útil del almacén o hasta que se saquen cuando la técnica permita su reutilización. Y las paredes de su confinamiento serán de hormigón y de un espesor mínimo de 1,5 m.
• El ATC es una instalación de almacenamiento pasiva, No hay producción de energía, no se dan en ella reacciones nucleares, no contamina, no produce gases ni humos.
• En 1992 se inauguró el almacén de El Cabril, cerca de Hornachuelos, Córdoba. Se ubicó en una antigua mina de uranio, Está gestionado por la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos –ENRESA-, la misma que se hará cargo del ATC y destinado, al menos nominalmente, a residuos de baja y media actividad. Que yo sepa, no ha habido problema alguno en sus 18 años de funcionamiento.
• La desinformación en torno a la energía nuclear es tal que una encuesta reciente ha revelado que un 40% de la población cree que las energías solar y eólica son mas baratas que la nuclear. En otra encuesta, el 53% dicen que es la nuclear la energía sobre la que se consideran menos informados.
-En relación al Decreto 775/2006 de 23 de junio, por el que se crea la Comisión Interministerial para establecer los criterios de emplazamiento del ATC y su centro tecnológico asociado, en él se dice que una de las funciones de la Comisión, que se dotará de un Comité Asesor Técnico, será “Desarrollar el procedimiento por el que los municipios interesados pueden optar a ser candidatos para el emplazamiento”. Aquí reside el error que ha motivado el lío actual, con trece Ayuntamientos presentados como candidatos y discusiones en los propios Ayuntamientos, en los de su entorno y en las propias CCAA a las que pertenecen. Naturalmente, los Ayuntamientos que solicitan la ubicación del ATC y su centro tecnológico asociado están pensando en la inversión de más de 700 millones de euros que significará su realización, en los 300 puestos de trabajo directos sólo del ATC y los de las empresas que se ubiquen en el centro tecnológico y los indirectos que de todo ello se deriven, en los 2,4 millones de euros/año que pagará ENRESA al Ayuntamiento donde se ubique –mas 3,6 millones de euros a repartir entre los otros municipios del entorno que se incluyan en un radio de 12 Km-. Es fácil entenderlos. Pero de manera innecesaria se ha creado una pugna entre ciudadanos y Ayuntamientos, entre estos y otros Ayuntamientos y las CCAA a las que pertenecen, e incluso entre miembros de los partidos políticos. Y digo innecesaria porque entiendo que no es ese el camino. La ubicación del ATC debe decidirse por criterios puramente objetivos. El Comité Asesor Técnico debe ser quien sitúe sobre un mapa los reactores nucleares existentes y busque un lugar idóneo considerando accesos, coeficiente sísmico de la zona, posibles corrientes subterráneas, características y composición del terreno y, en fin, todos aquellos requisitos que deban tenerse en cuenta desde puntos de vista técnicos y logísticos. Y una vez decidido el lugar idóneo el Gobierno debe imponerlo, explicando porqué lo hace pero sin admitir debate alguno. Y no pasará nada. Cuando se decidió la ubicación del almacén de El Cabril hubo quejas y manifestaciones durante un tiempo y luego todo pasó. Sin embargo, pretender que el lugar se decida, como ha dicho el Presidente del Gobierno, “por consenso” es un error consecuencia de la predisposición de este Gobierno a crear problemas innecesarios. Claro que también se dice que la situación del ATC está decidida desde el principio y que será Ascó, en Tarragona, porque así lo quiere Montilla y que se ha montado una ceremonia de la confusión para enmascarar la decisión tomada. El tiempo nos descubrirá la realidad. En cualquier caso, lo que sí es obvio es que necesitamos tener listo cuanto antes el ATC.

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