miércoles, 10 de febrero de 2010

VIGESIMOSEXTA OBVIEDAD: Sobre las pensiones


Comoquiera que para mi economía particular la pensión que recibo es absolutamente vital, he esperado con interés que me llegara la información del Ministerio de Trabajo sobre la subida de la misma, aunque ya había oído que probablemente las pensiones contributivas –es mi caso- subirían 1%.
Y al fin llegó. Controlé mi impaciencia y leí primero la carta del ministro Celestino Corbacho, que me informa de “las características mas relevantes de esta subida”, confirmando el incremento del 1% y diciendo que se consolida la revalorización del 2% que se hizo en enero 2009, a pesar de que la previsión ha resultado superior a la subida real del IPC, por lo que el mantenimiento de mi poder adquisitivo queda “plenamente garantizado y mejorado”.
Casi convencido y, sobre todo, resignado dada la difícil situación económica, me paso a la siguiente hoja para conocer el incremento de mi pensión. Y es entonces, D. Celestino, cuando descubro para mi mal que la característica más relevante de esta subida es que es una bajada. Uds. me han bajado la cuantía íntegra – la que percibo, o sea, la que me importa-, porque ciertamente el importe bruto se incrementa 1%, pero la retención lo hace en mayor medida, con lo cual en 2010 voy a cobrar menos que en 2009. Y eso, unido al anuncio del aumento del IVA en dos puntos para junio, tiñe mi perspectiva económica de este año de un gris oscuro y triste.
Y yo me pregunto, D. Celestino, y le pregunto a su Señoría: ¿de veras no podrían Uds. haber dejado nuestras pensiones contributivas en esa mínima subida del 1%, pero sin aumentar lo que nos detraen por contribución de ellas? ¿No se han parado a pensar o, si lo han hecho, no se les han ocurrido otros recursos para reducir gastos? Si es que no, yo, humildemente, me permito hacerles algunas sugerencias, por supuesto que solo a título de ejemplo y sin ánimo de ser exhaustivo:
-En los Presupuestos Generales del Estado 2010, los sueldos de los funcionarios y los gastos de personal de la Administración suben 2,7%. A ello se une el hecho de que cada año aumenta el personal: en los últimos cinco años la convocatoria de plazas de funcionarios de carrera por oposición ha crecido 20,6%, a los que hay que añadir el empleo público creado a dedo. Y los porcentajes son mayores en las CCAA económicamente más débiles.
-En los PGE 2010 las transferencias a las CCAA subirán 10,8%. Parte de ese dinero servirá para gastos innecesarios como el Consejo Audiovisual de Cataluña –más de 6 millones de euros para 104 funcionarios- o los costes de pasar, también en Cataluña, de las actuales cuatro provincias a las siete nuevas veguerías.
-El Gobierno sacó adelante los PGE 2010 pagando 440 millones de euros por el apoyo de PNV, CC, ERC y otros. Dinero malgastado para unos presupuestos que ya han quedado obsoletos porque la realidad ha tumbado las previsiones en las que se basaban.
-Deseoso el Gobierno de rentabilizar propagandísticamente los seis meses de Presidencia de la UE, se incluyeron en los presupuestos 55 millones de euros para gastos de la Propia Presidencia del Gobierno, 18 millones para el Ministerio de Interior y 10 millones para el Ministerio de Asuntos Exteriores. Por lo visto hasta ahora da la impresión de que si todo ese dinero se gasta se va a rentabilizar muy poco.
-Hay una gran cantidad de dinero en gastos o subvenciones previstos que se podía haber ahorrado. Una muestra son los 7 millones de euros de subvención que van a dar a un grupo de cocineros vascos –Arzak, Arguiñano, Berasategui y otros, todos pobres de pedir- para que se diviertan con una fundación.
-Y concluyendo para no cansar, veamos el caso de los diputados al Congreso, ese grupo ejemplar de gente sacrificada y agobiada por el trabajo – como vacaciones de Navidad solo tienen 48 días de descanso entre diciembre y febrero-. Entre el 40 y el 75% de los ingresos reales de estos pobrecitos –dietas en su mayoría- está exento fiscalmente. Con siete años de ejercicio -nada duro para la mayoría culiparlante- obtienen el derecho a la pensión máxima de jubilación que la gente vulgar podemos llegar a conseguir tras mínimo 35 años de cotización. Y existe la indemnización por cese parlamentario, consistente en una mensualidad por año hasta un máximo de 24 mensualidades. Y compatible con esta hay otra para los exministros consistente en el pago del 80% de su salario durante dos años.
Lo peor es que la pérdida de ingresos por pensiones de este año puede incrementarse en años sucesivos si el Gobierno no toma medidas reduciendo el gasto y fomentando la creación de empleo. Los cotizantes a la Seguridad Social en noviembre 2009 eran 17,9 millones y decreciendo -19 millones en mayo 2009- y los pensionistas alrededor de 8,5 millones y en seguro y permanente crecimiento. Ello da un ratio de 2,1 que asegura un déficit entre ingresos y gastos por pensiones. De modo que si la tendencia a decrecer del empleo no se cambia, el futuro será muy oscuro para los que actualmente somos pensionistas y negrísimo para los futuros. El existente Fondo de Reserva de la Seguridad Social – la llamada “hucha de las pensiones”- que comenzó el denostado Aznar, ascendía en noviembre 2009 a 60.000 millones de euros. El Secretario de Estado para la Seguridad Social, Octavio Granado, ha dicho que del superávit de 2008 -14.400 millones- se aportarán 2.000 millones al Fondo, pero del superávit de 2009 -8.500 millones- seguramente no habrá ninguna aportación porque los aplazamientos de pagos de las empresas alcanzan prácticamente los 8.000 millones. Y si este año hubiera déficit, como parece si no se endereza la situación actual, los 62.000 millones del Fondo se esfumarán en muy poco tiempo.
De modo que me gustaría que Gobierno y oposición se sentaran a hablar seriamente y que llegaran a acuerdos positivos que sirvieran para ayudar a los empresarios a crear empleo que saque a España de la crítica situación económica en que, obviamente, está sumida. De los sindicatos CCOO y UGT no espero que aporten nada útil, pero sí les pediría encarecidamente que no estorben.

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